20090521

HOSPEDERÍA EN CASTUERA, BADAJOZ







LUGAR
En lo alto del cerrillo de Castuera hay una nueva plaza, y bajo ella la Hospedería de Turismo, que se aloja alineada frente a las privilegiadas vistas. Alineadas todas las habitaciones, las de la primera y la segunda fase, en dos tiras superpuestas, y alineados igualmente ante las vistas los usos lúdicos de ocio en la planta inferior.
En lo alto del cerrillo de Castuera, los vecinos disfrutan de un nuevo espacio público de esparcimiento, que pone en valor el destacado lugar orográfico que ocupan. Un nuevo espacio público, preámbulo suficiente de tráfico peatonal y rodado, de acceso al equipamiento hotelero que decide desaparecer, sin interrumpir la memoria visual principal del lugar.
Del mismo modo, la ocupación manifiesta el sentido longitudinal principal de la lengua verde de terreno, que se respeta en su totalidad, implementada ahora con accesos públicos de horario controlado, un acceso rodado, donde se sitúa el aparcamiento exterior y el cubierto, nueva vegetación arbórea, y una conexión con la calle inferior de la Rehoya, donde se plantea la construcción de la segunda fase de la Hospedería, en continuidad interrumpida.
Desde esta lengua parcialmente pavimentada se accede a los usos lúdicos de manera exclusiva, celebraciones, café y restaurante, así como al spa o a la piscina, segregándose por tanto del acceso principal a la Hospedería ubicado en la plaza.

ORDEN
En esta división de dos lugares, el superior público y pavimentado, el inferior protegido, íntimo y vegetado, surge el proyecto como construcción del límite entre ambos, un límite rocoso e impenetrable. Un límite que continúa y prolonga la construcción de los muros de contención existentes. Un límite fisurado en toda la planta baja con una profunda grieta longitudinal por la que respira el corazón del proyecto, contenedor de aire y luz, que inunda desde una cubierta arañada un vacío mutable de densa actividad.
Este corazón queda protegido por una doble sucesión de habitaciones orientadas, sencillas celdas de retiro, que se modulan pautando el continuo longitudinal. Su módulo se multiplica para acoger las suites y salón social, así como el vestíbulo, recepción, administración y dirección, junto a la planta de acogida.
Y este corazón queda servido por una espalda dura y compartimentada que acoge todos los servicios necesarios para hacer funcionar la máquina hotelera. Desde almacenes y salas técnicas hasta aseos y guardarropas. Desde las cocinas y oficios, vestuarios y estar del personal, hasta los lugares íntimos y cerrados del spa. Una máquina ortodoxa de espacios capaces, fácilmente intercambiables durante las fases de proyecto hasta lograr la eficacia específica que este proyecto requiere.
Finalmente, entre unas y otro, se construye una envoltura térmica, que permite el control energético sobre el interior del edificio, que tendrá una regulación de fase lenta entre estaciones, apoyado en el confort que se alcanza en las zonas de estancia prolongada, habitaciones y lugares de trabajo. Del mismo modo, la construcción a favor de la ladera, la fisura frontal y las grietas superiores permiten la ventilación cruzada natural de este interior-exterior.

MATERIA
La materialización del vacío sólo puede ser la de una roca excavada, estructura y acabados de hormigón visto con encofrado in situ de tabla de madera, que inciden en la extraña condición de interior-exterior de la sala principal.
Los cerramientos al exterior, de vidrio.
Protegido en la profundidad de la grieta cuando hablamos de la planta inferior, generando un difuso límite en sombra.
Protegido en plantas altas, tanto al exterior como al interior-exterior, por una piel perforada de acero oxidado, fachada ventilada continua en todo el corte, existente y prolongado, que permite lanzar la mirada al infinito del horizonte de Castuera mientras mantenemos el anonimato de quien mira sin ser visto.

En lo alto del cerrillo de Castuera hay una nueva plaza, y por sus grietas los niños se asoman para descubrir un corazón lleno de aire.

Hospedería de Turismo en Castuera, Badajoz. Concurso
Promueve: Consejería de Cultura y Turismo. Junta de Extremadura
Arquitectos: Ignacio Borrego, Néstor Montenegro y Lina Toro
Colaboradores: Carlos Ramos y Marius Ege